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  1. Epilogo Taran Zhu subió los escalones hasta adentrarse en la austera morada del Tigre Blanco, quien ya se hallaba de pie y caminando de un lado a otro, con la mirada fija en la entrada, cual depredador que nada más aguardaba el momento en que apareciera su presa. Aunque en este caso, la enorme criatura tan solo se detuvo en su sitio y observo al señor del shadopan con una intensa mirada. Lord Zhu se adentro en la cámara, camino hasta quedar frente al celestial, junto sus manos a la altura de su pecho y se inclino de manera reverente. Sin embargo, lejos de responder a su saludo,
  2. // Se recuerda que este domingo 13 de junio, sobre las 20:00 h (hora servidor) se realizaran los respectivos retornos a las capitales de la Horda y la Alianza, de acuerdo al cierre realizado el día viernes.
  3. XII Duda El sabio se movió entre los árboles lo más rápido que podía, balanceándose entre las lianas o saltando de rama en rama. El aroma a madera quemada aún era perceptible a la distancia en que se encontraba y cuando se elevaba lo suficiente, podía incluso ver las columnas de humo de lo que alguna vez fue el Cerro Makaku. Aunque se sentía afortunado por haber escapado con vida de allí, era el temor y la duda lo que lo empujaban a moverse rápidamente hacia el campamento del jefe Nazgrim, siendo tanta esa ansiedad que cuando vio la antigua base humana brinco de una de las ram
  4. XI La misión Cao Tzi observo el poblado Aleta de Nácar desde las ventanas de la sala donde los mandos se reunieron durante su viaje a Pandaria. Por años, el tushui había oído relatos del continente y del Bosque de Jade, y cuando Aysa había sido notificada de la expedición, él había sido el primero en ofrecerse como voluntario. Después de todo, era quien mejor conocía las antiguas historias, casi tanto como un eremita. Sin embargo, el pandaren no se había imaginado la posibilidad de desatar la guerra en su hogar; al contrario, esperaba que pudieran tomar contacto con sus herman
  5. X El Vidente Los vientos del cambio soplaban sobre Pandaria: las nieblas estaban disipándose y el mundo del cual el emperador había refugiado sus dominios, finalmente había llegado a sus puertas. La temida tormenta vil que lo había llevado a cometer tal acto era muy distinta a la marea de extranjeros que naufragó en las costas del Bosque de Jade, aunque eso no significaba que esta fuera menos preocupante. Ambos traían conflicto a una tierra que no estuvo preparada en ese momento y, lamentablemente, tal vez tampoco lo estaría en esta ocasión. El viento soplo y las corrient
  6. IX Makakus Las serpientes onice sobrevolaron la foresta del Bosque de Jade con tanta rapidez que llegaban a parecer dos flechas ansiosas de alcanzar su objetivo, lo cual era su propósito también. Después de haber sido informado por Taoshi, Taran Zhu había decidido ponerse en marcha hacia el Poblado Almíbar de inmediato, dejando atrás la Aldea Zarpa’don poco después de haber prevenido que los incendios dejados atrás por la batalla ocurrida en la costa pudieran extenderse hacia el resto del claro. La llegada de extranjeros ya era bastante preocupante y el temor de que su guerra t
  7. VIII Ecos del Trueno La serpiente nimbo de la sacerdotisa Pétalo Estival despego y puso rumbo al sur, siendo inmediatamente acompañada por un eremita y dos guerreros de la serpiente quienes le seguían en sus respectivas monturas. Aunque su misión era pacifica, la escalada en el conflicto entre los jinyu y los hozen, sumado a la presencia de extranjeros hostiles en el Bosque de Jade, había forzado a la Orden de la Serpiente Nimbo a extremar sus precauciones. No obstante, aunque Pétalo Estival lo comprendía, no era algo que realmente le agradará y tan pronto su mirada se encontr
  8. VII Duda Doren se paseaba de manera tensa por la Avanzada Armafuerte y sus soldados eran más que conscientes de ello, pues la intranquilidad del oficial también se había extendido hacia ellos casi como si él fuera un torbellino que estuviera arrastrando al resto consigo. Sin embargo, sus dudas eran más que justificables: del peloton que se había llevado consigo a investigar la repentina llegada de la nave aérea de la Horda, solo uno de sus soldados había vuelto luego de él ordenar la retirada y aunque este había afirmado que una de los pandaren había intercedido por él, para qu
  9. VI El valor perdido Karasshi agito su espada hacia la izquierda y luego, hacia la derecha, trazando círculos con cada movimiento. Hace mucho que había concluido su instrucción al mando del instructor Escama Letal, pero él quería continuar y no importaba si tenia que practicar por si solo. El jinyu no quería admitirlo, pero la preocupación y el temor atenazaban su corazón, el cual ansiaba luchar hasta su ultimo aliento y el recordar las palabras del orador del agua no habían más que acrecentar sus sentimientos. En el pasado, la tribu Aleta de Nácar había dominado Pandaria y ahor
  10. Interludio “Por miles de años, esta tierra gozó de paz y prosperidad.” – Dijo la señora Goya, sentada frente a su anfitrión, cogiendo tranquilamente su tetera para servir un poco de té para ambos. – “Y vosotros, gente de más allá de la niebla, están empezando a cambiar eso en cosa de días.” “Esta en su naturaleza, me temo.” – Respondió el joven humano de tez oscura antes de coger la taza y dar un pequeño sorbo al brebaje. Goya esbozo una sonrisa sibilina y arqueo una ceja. “¿Y acaso no lo esta en la tuya, joven extranjero?” – Pregunto la pandaren. – “A mis ojos, luce
  11. V Nueva tierra Nazgrim camino solitariamente por las calles de Orgrimmar, asintiendo a modo de saludo a cada bruto que pasaba a su lado, ya fueran simples guerreros o parte de los kor’kron. Aunque al menos los primeros tenían el decoro de responder al reconocimiento de guerrero a guerrero, contrario a los segundos que se limitaban a seguir su camino. Aunque no podía culparlos tampoco; los kor’kron nunca habían sido reconocidos por su interacción. No obstante, su función era cuidar del Jefe de Guerra, contrario a la actualidad, en la cual estaban actuando como parte vital de la
  12. IV El león perdido Catherine Rogers observó con el pecho hinchado de orgullo el poderoso Abrasacielos, el cual todavía se encontraba estacionado al interior del hangar de la Ciudad de Ventormenta. Aún habían andamios alrededor de su casco, lo cual significaba que los trabajos de mejoras de la nave no estaban del todo listos. No obstante, solo habiendo echado el primer vistazo, la almirante supo de inmediato que esta seria la verdadera nave insignia de la flota de la Alianza. Instantáneamente comenzó a caminar hacia una de las escaleras que le permitiría abordar la cubierta
  13. III Antigua sabiduría Cho cogió un pergamino de su estantería y lo soplo con fuerza para desempolvarlo. Seguidamente, bajo del banquillo en que se encontraba y lo extendió sobre la mesa que se hallaba frente a él. Con gran determinación, el pandaren se inclinó sobre el papel y deslizo uno de sus dedos sobre las columnas, leyendo cada símbolo con suma atención. Al igual que él, los antecesores en su linaje familiar se habían ocupado de transmitir el conocimiento y las historias de su pueblo como todo buen eremita, pero Cho era consciente de que él había tenido el privilegio de v
  14. II Juramentos La Garra de Kargath atraco en uno de los muelles recién construidos en la Avanzada Garrosh’ar y a pesar de conocer el precio de este avance, Zhrom no pudo negar que el puesto tenia un buen aspecto. Seguido por sus brutos, el orco desembarco y se abrió paso por la avanzada, topándose con Ga’trul a escasos metros de la nave, casi como si el brujo hubiera estado esperando ese retorno. Aunque la expresión sorprendida del brujo también reflejaba desagrado al ver que, de una tripulación, solo cinco orcos habían vuelto. “¿Dónde esta Dalgan?” – Demando saber el brujo.
  15. II Encuentro de dos mundos Las velas remendadas de Garra de Kargath se abrieron con facilidad y se curvaron hacia adelante cuando sintieron el impulso del viento. Dalgan asintió en señal de aprobación, mientras una sonrisa se dibujaba detrás de su yelmo, pues hasta entonces había temido que los peones fueran tan torpes que hasta esa tarea podría acabar mal con ellos llevándola a cabo. Desde la llegada de la Horda a la costa del territorio Pandaren, otro par de naves más se habían aproximado a la nueva avanzada. Ya contaban cerca de cinco barcos, pero todavía no había rast
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